05.11.2008 10:08

El patrón del Alnimar Reus Deportiu

Sònia de Alba

Carlos Figueroa se ha hecho cargo esta temporada del banquillo del Alnimar Reus Deportiu. Quien fue entrenador del primer equipo azulgrana durante una década volverá al Palau este próximo sábado, con el clásico de la OK Liga.

Carlos Figueroa pisará el Palau Blaugrana el sábado, 8 de noviembre. Pero lo hará como entrenador del Alnimar Reus Deportiu, el máximo rival del Barça Sorli Discau. El nuevo responsable técnico del equipo del Baix Camp abre una nueva etapa en su carrera profesional con sentimientos de deportividad hacia el equipo que dirigió durante 10 temporadas (1995-2005), consiguiendo situarlo de nuevo como máximo y mejor exponente del hockey patines mundial.

Primero de todo, ¿cómo se encuentra?

“Bien, contento, con ganas que avance la competición. El Reus Deportiu está bien. Somos un grupo que estamos creciendo paulatinamente y nos queda mucho para avanzar”.

¿Qué ha cambiado en el Reus desde que usted entrena al equipo?

“Intento imponer mi espíritu como entrenador. Eso pienso que sí que se nota. Estamos consiguiendo poco a poco ser más competitivos. Por ejemplo, nos están enseñando pocas tarjetas. Es mi filosofía como entrenador de hockey, no cometer faltas no intencionadas, y lo estamos consiguiendo. Eso no quiere decir que no haya partidos que se te escapen de las manos. Pero estoy feliz con el trabajo y los jugadores entienden esta filosofía. Ganar o perder son posibilidades pero deben entenderse los partidos como competición y competición deportiva”.

El partido de este sábado, entre el Barça Sorli Discau y el Alnimar Reus Deportiu, ¿es un partido especial?

“Es un partido más. Si fuese un partido de ‘play-off' o, por ejemplo, la final del Mundial de Clubs sí que es diferente. A pesar de que mucha gente dice que será especial porque es un Barça-Reus, espero que no haya tanta repercusión ni tampoco afecte a los jugadores.”

¿En qué sentido no los tiene que afectar?

“Estamos creciendo, cogiendo una nueva filosofía de juego. Tenemos que jugar bien y tendremos opciones de ganar. Si jugamos mal, necesitaremos mucha suerte. Lo que más me importa es jugar bien para optar a los títulos a finales de la temporada que es lo que cuenta”.

En todo caso, usted volverá al Palau Blaugrana como entrenador del máximo rival. ¿Ha pensado en cómo lo recibirá el público barcelonista?

“No me espero un recibimiento ni positivo ni negativo. El público, como siempre digo, es soberano en sus expectativas. Si me reciben mal lo tendré que aceptar. Yo soy el entrenador del equipo contrario, del máximo rival, y entendería que me silbasen más que me aplaudiesen. No tengo ningún problema en este sentido. Yo sé quienes son mis amigos y éstos me saludarán y me desearán suerte. No quiero crear ninguna situación conflictiva: yo quiero a la afición azulgrana como en estos momentos me también aprecio a la del Reus. Ojalá hubiera más hermandad pero entre rivales de esta magnitud no se puede pedir eso. Es como si se quisieran conjugar la del Barça y Madrid de fútbol. Este hermanamiento no es fácil de conseguir”.

También tendrá delante a quien fue su ayudante y ahora entrenador del primer equipo de hockey patines, Quim Paüls. Usted que le conoce muy bien, ¿cuál cree que será la reacción en los banquillos?

“A Quim lo conozco muchísimo. Ambos viviremos la tensión del partido. Lo pasas mal una hora antes pero, después, cuando comienza el partido ya corre la adrenalina. Viviremos el partido con tensión y gozaremos del momento si marcan el primer gol o querremos tensionarlo si perdemos. Al final habrá aquella dosis de alegría o tristeza dependiendo de si ganas o no. Pero será la misma connotación que los 30 partidos que hay de Liga. Viviremos muchísimas situaciones como ésta”.

¿Cómo ve al Barça Sorli Discau en este inicio de temporada?

“Veo al Barça un año mayor. Los jugadores van notando el paso de la competición. La temporada también ha sido muy dura desde el inicio tanto como para nosotros y eso pasa factura. Pero es el equipo de siempre, el equipo a batir.”

Volviendo al Reus, su equipo fue capaz de ganar el Mundial de Clubs en Reus, precisamente, pero tuvo algún tropiezo al comenzar la OK Liga...

“Hemos tenido un inicio complicado. La derrota contra el Vic en casa nos llegó después del stage en Argentina y el equipo no llegó bien. Pero a medida que ha avanzado el tiempo hemos estado bien en competición. Por ejemplo, en el Mundial nos amoldamos bien en la pista de madera del Olímpic. Partido a partido mejoramos y en la final contra el Barça logramos el éxito ganándola. Pero después contra el Vilanova, para querer mejorar cosas que no hicimos bien en el Mundial, los jugadores salieron colapsados y empatamos. Contra el Liceo, a A Coruña, intentamos lo contrario y la liberalización nos comportó la derrota. Pero pienso que después de A Coruña hemos tenido una reacción en nuestro juego y se vio contra el Blanes, el Bassano... Ahora el equipo genera juego y peligrosidad. Pero hay partidos que se tienen que pasar como el de este sábado para seguir creciendo y llegar al final de la competición”

¿Se siente presionado al frente del Reus? ¿Le exigen títulos?

“No me siento presionado por los títulos sino por el trabajo. Quiero hacerlo bien, ofrecer una buena imagen. No busco revancha ni hay ningún tema personal. Cada partido se tiene que afrontar deportivamente. Los temas personales se tienen que tratar que no afecten al evento deportivo.

Pero la prensa busca lo contrario, hacer vivir a la gente situaciones de máxima tensión. Pero eso no quiero que afecte a los jugadores. Lo que quiero es que jueguen y que sepan dominar los nervios que son los que te permitirán ganar partidos. Este partido, como muchos otros o la final del Mundial, tiene la tensión inherente de que todo el mundo lo quiere ganar pero el rival también”.