04.12.2009 13:21
El calzado deportivo
www.fcbarcelona.cat
Los pies soportan mucha carga durante cualquier tipo de actividad física. Elegir y utilizar correctamente el calzado deportivo minimiza el riesgo de lesión y optimiza el rendimiento.
La cotidianidad de determinados actos a menudo oculta la importancia que tienen. Caminar, por
ejemplo, es para la mayoría poco más que poner un pie detrás del otro. Aun así, cada uno de estos
pasos pone en marcha una maquinaria en la que intervienen más de doscientos músculos, además de la
columna vertebral, la pelvis, el fémur, la tibia, el peroné y los huesos del pie. Además, hay que
tener en cuenta que la carga que sufren las articulaciones de los pies durante la práctica
deportiva aumenta considerablemente.
Cuestión de salud
Así pues, la elección del calzado deportivo es una cuestión de salud que se debe
tener muy presente. A menudo, sin embargo, esta elección está determinada por factores totalmente
secundarios, como la publicidad o la estética, cuando deberían estar por el tipo de actividad
deportiva y la frecuencia con la que se practica. Además, es muy importante el asesoramiento de un
profesional especializado, sobre todo en casos que requieran algún tipo de corrección ortopédica.
Protección del pie
La
finalidad del calzado deportivo es proteger el pie respetando siempre su funcionalidad y
manteniendo sus características. Para alcanzar este objetivo, se han desarrollado numerosos
estudios sobre los movimientos del pie en cada una de las diferentes modalidades deportivas. La
estabilidad, la ligereza, la amortiguación o la adherencia son aspectos que deben tenerse muy en
cuenta tanto a la hora de escoger el calzado deportivo como a la hora de diseñarlo, ya que la
elección de los materiales con los que se fabrica es también determinante. Los más frecuentes son
la piel natural, la piel artificial y el material sintético, aunque habitualmente se combinan en
función de las características finales que requiera cada producto. Además, hay que tener en cuenta
que no conviene estrenar calzado ni durante el entrenamiento ni en competición.
Adaptación progresiva
Lo mejor para garantizar la salud de los pies es combinar el uso del par más desgastado con
sesiones suaves con el nuevo, de manera que la adaptación es progresiva y así se minimiza el riesgo
de lesiones. También es importante no dejar envejecer en exceso el calzado, que podría perder parte
de sus prestaciones, y no utilizarlo para diferentes disciplinas deportivas, siempre que éstas
tengan características diferentes. Finalmente, hay que pensar que el calzado deportivo está
diseñado exclusivamente para una actividad física determinada y que el uso en otros ámbitos está
expresamente desaconsejado por los especialistas.