La 2007/08 fue la última temporada de Frank Rijkaard en el banquillo del FC Barcelona. Desde la 2003/04 el técnico holandés dirigió con elegancia un equipo que llegó a su punto álgido el mayo del 2006 en París.
Con el final de temporada se acaba la era Rijkaard. Durante cinco años (2003-2008) el holandés
inculcó al Camp Nou su buen gusto por el fútbol. Siempre se mantuvo fiel a sus principios y se
erigió en un hombre de club que manifestó una corrección ejemplar dentro y fuera del terreno de
juego. La etapa de Frank Rijkaard fue brillante en el trienio inicial, con dos Ligas y la segunda
Champions, y desafortunada las dos últimas temporadas.
El año de la recuperación
El proyecto de Rijkaard comenzó la temporada 2003/04, con Ronaldinho como principal icono
sobre el césped. El club venía de cuatro campañas en blanco y participaba en la Copa de la UEFA.
Después de una primera vuelta irregular, el fichaje de Edgar Davids en el mercado de invierno
significó un punto de inflexión en la trayectoria culé. El técnico consolidó un sistema táctico y
el equipo remontó posiciones hasta acabar en segunda posición en la Liga. A pesar de que el curso
acabó sin títulos, el Barça había mostrado claros síntomas de recuperación.
Salto cualitativo
El equipo dio un salto de calidad con la llegada de Eto'o, Deco, Larsson, Giuly, Edmílson,
Belletti y Sylvinho. A pesar de que sufrió cuatro graves lesiones en el primer tramo del
campeonato, la Liga 2004/05 fue azulgrana desde el inicio. El Barça, con un juego muy vistoso, se
proclamó matemáticamente campeón en el campo del Levante cuando faltaban tres jornadas para el
final.
Un doblete para la historia
La era Rijkaard vivió su máximo esplendor la temporada 2005/06. El conjunto que dirigía el
técnico holandés deslumbró a Europa con exhibiciones memorables en Stamford Bridge (1-2) y San Siro
(0-1), antes de conquistar la segunda Champions en París ante el Arsenal (2-1). Además, el Barça
revalidó el título de Liga con un fútbol excelso que le permitió sumar catorce jornadas
consecutivas ganando (con un 0-3 en el Bernabéu incluido). Un nuevo talento llamado Leo Messi se
dio a conocer mundialmente. La temporada se redondeó con la Supercopa de España obtenida ante el
Betis.
A las puertas del éxito
El curso que el Barça de Rijkaard presentaba más aspiraciones fue el más desafortunado. Con
Messi y Eto'o muchos meses lesionados, el valor doble de los goles le eliminó de la Champions en
los octavos en el cruce con el Liverpool y el ‘goal average' le apartó de la tercera Liga
consecutiva, que fue sentenciada con un final cruel. Igual de doloroso fue el KO en las semifinales
de la Copa del Rey en Getafe. Tampoco se pudieron culminar los asaltos a la Supercopa de Europa y
al Mundial de Clubs. El Sevilla y el Internacional de Porto Alegre fueron los verdugos de los
azulgranas. Los títulos de la campaña 2006/07, los dos ganados contra el Espanyol, fueron la
Supercopa de España y la Copa Catalunya.
El final de un ciclo
La llegada de Henry, Touré, Abidal y Milito dotó al Barça 07/08, a priori, de una de las
plantillas más completas de la historia. Rijkaard también disponía de jugadores canteranos con un
futuro muy prometedor, pero las lesiones limitaron mucho el potencial de un equipo que se quedó a
un gol de la final de la Liga de Campeones y de la Copa. El Manchester United y el Valencia
tuvieron el premio, a pesar de ser superados en juego por los barcelonistas en muchos momentos de
las eliminatorias. El desgaste físico fue uno de los escollos decisivos que impidieron alcanzar la
regularidad necesaria en la Liga, en que el Barça finalizó tercero, la peor clasificación de la
etapa de Rijkaard.
El 8 de mayo del 2008 el club hizo público el relevo en el banquillo. Frank Rijkaard dejaba
su lugar a Josep Guardiola. El holandés se iba habiendo sido el cuarto entrenador más duradero de
la historia azulgrana. Dirigió al Barça en 283 partidos oficiales, en los cuales acumuló 167
victorias, 64 empates y 52 derrotas, con 544 goles a favor y 254 en contra.