El FC Barcelona se proclamó campeón de Europa en el Olímpico de Roma, después de batir en la gran final al United. Antes, había dejado por el camino a potencias como el Lyon, el Bayern y el Chelsea. La tercera era un hecho: Londres, París y Roma.
Como se dijo en su día, el Barça se hizo
eterno
en Roma, después de conquistar la
tercera
Liga de Campeones de su historia y, consecuentemente, el triplete en un año inmejorable.
En Europa se vivieron momentos mágicos, con goleadas para la videoteca y con dianas, como la de
Iniesta en Stamford Bridge, que hicieron vibrar a todo el barcelonismo.
Un grupo asequible
El Barça tuvo que recorrer todo el camino para levantar la Champions. Desde la previa, donde
superó al Wisla Cracovia por un global de 4-1. En la fase de grupos, sin embargo, el bombo le
sonrió, ya que no emparejó los azulgranas con ninguno de los equipos más temibles del continente:
Sporting Clube, Basilea y Xakhtar Donetsk fueron los rivales. Después de la jornada 5, en la que el
equipo goleó
2-5
a los portugueses, el FC Barcelona ya era matemáticamente primero de grupo.
Lyon y Bayern son goleados
En los octavos el rival era ya uno de los grandes. El Olympique de Lyon, siete veces
consecutivas campeón de Francia, plantó cara en Gerland, donde se empató (
1-1
) con ratos de mucho sufrimiento por parte azulgrana. En el Camp Nou, sin embargo, un
primer tiempo brutal -el resultado era de 4-0 en el descanso- permitió a los de Guardiola acceder a
los cuartos con una goleada (
5-2
).
Parecida sería la historia en los cuartos, a pesar de que la goleada llegó al encuentro de
ida. El Barça ofreció tal vez los mejores primeros 45 minutos de toda la temporada y fusiló
4-0
al Bayern, destrozado antes de lo previsto. En la vuelta, en el Allianz Arena, el partido
fue una especie de trámite que concluyó con un
1-1
y un gran gol de Keita.
Iniesta indica el camino
En semifinales se presentaba otro hueso, el Chelsea de Ranieri. El
0-0
en el Camp Nou obligaba al equipo de Guardiola a marcar en Londres. Y más obligados
estaban los azulgranas después del gol de Essien, que dejaba fuera al FC Barcelona. El Barça debió
superar un montón de adversidades aquella noche -las ausencias en defensa de Puyol y Márquez, que
hicieron que Touré jugase de central, la expulsión de Abidal en la segunda mitad, la afición
rival...- y, sólo su fe y persistencia, obraron el milagro: era el minuto 93 de partido cuando
Iniesta conectó un tiro desde la frontal que clasificó al equipo para la final de Roma (
1-1
). El estallido de locura fue evidente.
Una final espectacular
Se enfrentaban en la final de Roma los dos equipos más fuertes del continente, el United,
vigente campeón, y el Barça. Comenzaron fuertes los ingleses, con 10 minutos iniciales de
impresión, hasta que Eto'o rompió la igualada con una genial jugada individual. Desde aquel
instante, el partido fue del Barça, que tocó y se asoció de forma exquisita. Messi, que hizo el
2-0
definitivo en la segunda parte, se llevó su
duelo
particular
con Cristiano Ronaldo y el equipo, tocado por los Dioses del fútbol, se coronaba en Roma
como el mejor de Europa. Guardiola lo había ganado
todo
.
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